Para entrenar

sábado, 11 de julio de 2009

TRIATLON DE CEHEGÍN

Ayer corrí el triatlón de Cehegín en su primera edición. Como todas las primeras veces tuvo sus contratiempos que seguro que se solucionarán en las próximas ediciones. Lo que no faltó fué ganas e ilusión por parte de la organización, los voluntarios y el público que animó en todo momento y hasta las diez y media de la noche que acabó la prueba.
El recorrido fué precioso y la bicicleta coincidió con la puesta de sol, dando un colorido al paisaje que no olvidaré ya que a pesar de que era un rompepiernas lleno de repechos llegué a disfrutar como pocas veces, sin calor y viendo decenas de aves acuáticas que iban a dormir al embalse de Alfonso XIII donde nadamos.
La carrera a pié, ya de noche también era dura con continuas subidas y bajadas pero animada por gente de todas las edades y pasando por la Gran Via que estaba llena de terrazas atiborradas de gente que disfrutaba la carrera mientras tomaban unas cañas o cenaban. Un ambientazo que culminaría con concierto y fiesta a la que no pude ir por obligaciones familiares.
En cuanto a mí, llegué el último, pero ayer vencí al asma. El mismo que me retiró de Denia me entró en los primeros trescientos metros de natación y tuve que parar e ir nadando de espalda muy despacio intentando regular la respiración. Allí quedé solo mientras los demás se perdian. No estaba dispuesto a abandonar ya que estaba seguro que sería el fín del triatlón para mí. tras unos minutos interminables empecé a respirar mejor y a un ritmo suave recuperé la brazada. Todavía pude adelantar a diez y entre pitos bronquiales acabé la natación.
En bici adelanté a dos y fueron quedando en el camino corredores afectados por pinchazos o por problemas de salud ya que la ambulancia no paró. Llegando a Cehegín la ambulancia se pegó a mi como un buitre a un moribundo y comprendí que era el último, que los de atrás se habían retirado. Los niños me decían: Vamos que aún ganas y me pedían los bidones. Llegué a Cehegín casi de noche con la ambulancia abriendo paso al estruendo de las sirenas. Segunda transición y a correr. Aunque los primeros estaban ya comiendo bocatas y tomando cervezas, todavía quedabamos muchos corriendo y algunos hasta iban andando debido a las cuestecillas.
Yo, aunque cansado iba bien de piernas y sabiendo que esta vez acababa y esto me hacía muy felíz. Veía a familias en la puerta de sus casas animando y a muchos niños pequeños de la edad de los mios y me entretuve saludandolos a todos y tendríais que ver la cara que ponian cuando lo hacía. Todo ilusión, así que en la segunda vuelta fueron ellos los que me saludaban y mandaban besos. Ahí ya iba volando.
Cuando la organización me daba paso a la meta les dije que todavía me quedaba una vuelta y esta ya la dí solo. Los que andaban se retiraron y un policía motorizado me preguntó si era el último y yo que no podía saberlo le dije: "creo que sí" de modo que me escoltó con sus luces cegadoras y así escoltado y con las sirenas aullando enfilé la cuesta de Gran Via que me llevaba a la meta con los niños y los triatletas que habían acabado ofreciéndome sus manos para chocarlas con gritos de "Bravo" y "muy bien"
Llegar a meta, por fín. Aunque ya no quedaba agua otros corredores me dieron la suya y aunque no quedaba apenas nada para comer, mi espíritu estaba tan "lleno" de emociones de sonrisas de niños, de aplausos de compañerismo y satisfacción que no me faltó sino mi familia para que ese momento fuera perfecto.
Imaginad, si llegando el último puede uno sentirse tan pleno significa que la meta es algo abstracto y a veces hasta un poco decepcionante pues ahí acaba lo bueno que es el camino, la carrera y todo lo bueno que encontramos entrenando.
Ojalá encontreis todos los mismos sentimientos que yo tengo y la ambición competitiva sea la justa para mejorar como atleta y como persona.
GRACIAS A LA ORGANIZACION DEL I TRIATLON CIUDAD DE CEHEGIN

2 comentarios:

  1. Pepe, soy Xarli. ¡Enhorabuena! Leyendo tu crónica prácticamente me veo a mí mismo hace (aunque sin asma, por suerte para mí).
    Que nadie te quite nunca esa ilusión -la de terminar-. Yo tuve que ver como me dejaba atrás en Zarauz el coche-escoba... ¡A tí por lo menos te escoltó la policía, ja,ja!
    Venga, a ver si en la próxima nos vemos.
    Un abrazo.

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  2. Buenas noches,no nos conocemos, competí como usted en el triatlon de Cehegín, y nunca pensé que lo de ser el último estaría tan disputado. Lamento informarle que el último, sin duda alguna fui yo, me adelantó la Ambulancia cerca de Canara pero no el coche escoba, que se quedó conmigo ayudándome a llegar a Cehegín con sus luces, pero como quiera que la organización fue algo desastre, al decir usted en meta que era el último, allí todo el mundo se lo creyó, y me dejaron solo dando la tercera vuelta con tráfico abierto, sin agua, al final me localizó el policía e impidió que me atropellaran, así que cuando llegué a la meta no había arco ni jueces que creyeron que habían terminado su trabajo al llegar usted. Así que hoy todavía espero que publiquen las clasificaciones para ver si aparezco o no, más que nada por montar una traca inmensa o gigante, es que no son maneras, se cometieron muchos fallos en la prueba, pero olvidarse de un corredor, ya es lo peor de lo peor, abominable.

    Ciertamente, entiendo y valoro su esfuerzo, especialmente el de no rendirse cuando los demás se van, o se siente uno el último, por eso le felicito de pie y aplaudiendo, le deseo lo mejor y como quiera que coincidiremos en otros eventos aprovecharé, si me lo permite para saludarle, así como para tutearle.

    Un muy fuerte abrazo de un compañero de deporte.

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